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La felicidad está en tu cabeza, no depende de la realidad

Parte 2

Dr. Carlos Uboldi

carlosuboldi@gmail.com

Esta es la segunda parte de la entrevista realizada al Psiquiatra español, Dr. Enrique Rojas, quien es autor de varios libros como “Todo lo que tienes que saber sobre la vida”. La parte 1 está en el número anterior de la revista del Centro.
– ¿Cómo se entrena la felicidad?
– La felicidad está en tu cabeza, en tu mente, no depende de la realidad.
Te voy a contar una anécdota. Volvía yo de Ávila con mi mujer de visitar a una de mis hijas. Íbamos con un par de nietos y paré en una gasolinera, la más cutre de la zona, pero uno de mis nietos quería ir al baño y otro tenía carraspera… Cuando entro a preguntar por el baño, me dice la chica que estaba atendiendo la gasolinera: «¡Mire usted qué suerte tiene, que acabo de arreglar el baño!». Le digo que quiero unos caramelos porque mi nieto tiene carraspera de garganta y me dice: «Mire, la mejor miel de la zona la hace mi abuela, se la traigo ahora. Y además me dice: «¿Quiere llevarse un saco de naranjas, que son de aquí y son buenísimas?». Y yo, que no sé decir que no, salgo con las naranjas, con los caramelos, con la miel, con unos bollos… Asombrado con la chica. Vuelvo al coche con todo y le pregunto a la chica: «¿Usted es feliz?». Y responde: «¿Cómo no voy a ser feliz si lo tengo todo?». La felicidad no depende de la realidad, sino de cómo interpretas la vida.
La chica también me preguntó a qué me dedicaba yo y le dije: «Soy médico, médico de la cabeza». «¿De toda la cabeza?». «No, de la frente para dentro. Soy psiquiatra». «El de los nervios…». La felicidad depende de la capacidad para interpretar de forma positiva la realidad personal, depende de enfatizar lo positivo y minimizar lo negativo.

– ¿Todas las cabezas tienen arreglo?
– Pues sí. La psicología y la psiquiatría han cambiado el mundo. Me quedo asombrado con lo que es hoy la psicoterapia, el arte de ver el lado bueno de las cosas. La derrota es el gran aprendizaje, la derrota te enseña lo que el éxito oculta.
– ¿Hay que saber perder?
– Saber perder es fundamental. Yo he tenido en mi vida unas cuantas derrotas que me han educado mucho. Hay que moderar las ambiciones, no pedirle a la vida lo que no te puede dar. Conozco mucha gente que vive modestamente y muy feliz. Y conozco gente en Madrid que lo tiene casi todo y siempre está insatisfecha…
– Igual tiene todo, salvo lo esencial…
– Claro. El argumento esencial de la vida, para la felicidad, es el amor. Decían los clásicos, los escolásticos, que el amor es el primer movimiento de la voluntad hacia el bien. El amor es un trabajo, es artesanía, dedicación. No es un señor que está a tu lado y te dice: «Te amo, te adoro, eres maravillosa ». La convivencia conyugal, ese es el gran examen.
– El amor que nos alucina, que nos venden, no tiene que ver con eso…
– El amor es entrega y magia, códigos secretos. Su meta es hacer feliz al otro, preguntarse: «¿Qué puedo hacer por hacer feliz a mi mujer?». El amor es sentirse feliz haciendo feliz al otro. Y esto lo saben las madres…
Uno ama como ha sido amado.
– ¿Y si no te amaron bien de niño?
– Entonces te diré que hay dos tipos de aprendizaje, el aprendizaje por imitación y el aprendizaje por contraste. Un problema de hoy es que en el terreno afectivo se han puesto de moda las revistas del corazón. Y un periodista español de cuyo nombre no quiero acordarme me decía: «Me interesa mucho la vida de los famosos cuando está rota». Es muy importante tener buenos modelos de identidad en la vida. Yo he tenido a mi padre, que era un tipazo, psiquiatra; mi madre, que hablaba francés y alemán, y me enseñó a leer a Valera y a Galdós. Mi hermano Luis era ejemplar… y la gran suerte de mi vida es mi mujer.
Yo no me creo aún estar casado con Isabel, y llevamos 39 años. Cuando llega la Navidad y me dicen que compre lotería, digo: «¡Si me tocó el premio gordo hace años, es mi
mujer!». Ella es rápida, dinámica; yo, lento, tranquilón.

– ¿Las parejas que funcionan son entonces de complementarios? Los diferentes se atraen y, muchas veces, encajan.
– Sí. Mi mujer y yo tenemos, eso sí, un fondo común: la curiosidad por la cultura, el ser disfrutones, la fe, la familia. Mi suegro, cuando empecé a salir con mi mujer, le dijo a uno: «Hemos tenido muy mala suerte. Es andaluz, que allí no trabaja nadie, y es psiquiatra, que están mal de la cabeza». Ese fue mi suegro. Luego me lo metí en el bolsillo, con trabajo.
Pasados los años, me dijo: «Tampoco eres tan malo…».
– ¿El que algo quiere algo le cuesta?
– La voluntad es la joya de la corona de la conducta. Si tienes voluntad, tus sueños se hacen realidad. La realidad forma un binomio estrella con la motivación.
– ¿De qué cosas o actitudes nos arrepentimos más en la vida?
– La enfermera australiana Bronnie Ware hizo un estudio sobre las cinco cosas de las que más se arrepiente la gente en su lecho de muerte.
La primera era haber trabajado demasiado, y la segunda, haber dado una importancia decisiva a cosas que, realmente, no merecían la pena.
Es importante saber perdonarse a sí mismo. La vida es arte y oficio, y la experiencia, sabiduría acumulada. Aprendes a base de aciertos y errores, por eso debes ser tolerante
contigo y con los demás.
– Denos tres buenos consejos para una pareja que atraviesa dificultades.
– El que no tiene dificultades conyugales es que está soltero o está viudo. Saber esto es importante. Y luego, lo primero es evitar discusiones innecesarias. Segundo, no sacar
la lista de reproches del pasado.
Tercero, aprender a darle a las cosas que nos pasan la importancia que tienen, no convertir una discusión en una tragedia griega. Y cuarto, aprender a perdonar y evitar el rencor. La diferencia entre una persona infeliz y una feliz es que el feliz no tiene rencor, pasa página, y la persona infeliz se queda atrapada, no sabe pasar página.


Fuente periodística: La Voz de Galicia

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