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«El límite es el cielo»

Por Andrés De Mello

ASÍ COMO PLANTEA EL DR. DYER, EL SEÑOR RUBENS PONZIO, RESPONSABLE DE LA EMPRESA “HORMIGÓN ORIENTAL”, ES CONSCIENTE DE QUE EL LIMITE ES EL CIELO.

“Disfruto de los desafíos: está en mi ADN. Los únicos límites que en realidad existen son los que usted, en su interior se marca, muchas veces sin quererlo. Todos pueden cambiar sus vidas si se lo proponen.”

Dr. Wyne Dyer

A: ¿Cuándo abre sus puertas Hormigón Oriental y por que su nombre?
RP: Aunque hemos podido comprobar que buena parte del público consider a que nuestra empresa hace muchos años que está en el mercado, la v erdad es que hace menos de cinco que comenzamos a desarrollar nuestro actual formato, ya que antes nos dedicábamos a la construcción tr adicional. Cuando encontramos en el hormigón un producto noble, que permitía combinar a la perfección la solidez de ese material con el confort de otros sistemas, cuidando además la estética y la r apidez de instalación, se produjo la reconversión, y adoptamos es nombre que, a nuestro entender, transmite el espíritu de nuestra propuesta sin abundar en palabras: la fortaleza del hormigón, pero con la impronta de la industria uruguaya, ya que nuestro producto se fabrica íntegramente en nuestro país.


A: ¿Cómo fueron los inicios?
RP: Como los de la ma yoría de las empresas: sumamente difíciles. Sobre todo, porque hablamos de un rubro, como la construcción, que lamentablemente ha sido muy bastardeado a lo largo de los años, y a los consumidores les cuesta mucho confiar en una empresa. Más allá de la difusión y el posicionamiento de marca, el verdadero diferencial lo comenzamos a tener a partir de que el tiempo fue pasando y el público pudo comprobar la seriedad de la propuesta. Pero eso es un atributo que no se compra en la farmacia: se necesita tiempo de permanencia, y capital par a poder costear la curva de aprendizaje que tiene todo sistema nuevo, sin que los costos de ese proceso lo tengan que pagar los clientes.

A: ¿Cómo surge esta nueva y original modalidad de construcción?
RP: Detectamos en algún momento que se necesitaba generar un sistema que pudiera dar solución a muchos de los efectos colaterales que surgen de la construcción tradicional, fundamentalmente debido a los plazos extensos que esta requiere. El sistema de armado de Hormigón Oriental permite reducir a su mínima expresión esos tiempos, con beneficios directos que recaen no solo en el costo final de la obra, optimizando los recursos, sino en las prestaciones funcionales de la vivienda, logrando estándares de confort comparables al de sistemas que duplican su costo.


A: ¿Por qué optan por este estilo?
RP: Por lo antedicho, y porque además era muy importante que pudiésemos contemplar en nuestra propuesta lo fundamental de la idiosincrasia uruguaya: la famosa “casa de material” con la que soñaban nuestros abuelos. Por supuesto que cualquier sistema utiliza materiales para su desarrollo, pero cualquier uruguayo sabe que cuando escucha esa expresión refiere a una casa con la solidez y fortaleza de los sistemas tradicionales. Por tanto, decidimos que a partir de muchas piezas prefabricadas pudiéramos mantener el espíritu de las construcciones típicas de nuestro país.


A: ¿Cómo ven la evolución en la construcción a través del tiempo?
RP: Con altos y bajos, como la economía en sí misma. De todos modos, es uno de los sectores que, aunque con ciclos, ha mantenido un nivel de actividad importante, contribuyendo en gran medida a la creación de fuentes de trabajo para los uruguayos.


A: ¿Qué ofrece hoy Hormigón Oriental?
RP: Desde algo tan simple como un muro divisorio, hasta algo tan sofisticado como una vivienda, pasando por garajes, galpones de jardín, parrilleros, decks, pérgolas y muchos productos más pensados para optimizar el espacio disponible y generar comodidad y confort
a la hora de utilizar esos espacios. Y todo eso sin perder la línea estética a la que todos aspiramos cuando se trata de nuestro espacio y nuestro hogar.


A: ¿Por qué eligen Las Toscas para radicarse?
RP: Nuestro producto ha sido básicamente pensado para casas con terreno, donde sea posible el desarrollo de construcciones auxiliares, como es básicamente nuestro foco. Eso se da fundamentalmente en la zona costera, aunque hemos ido incorporando al interior del país también con nuestro alcance. Pero creímos que la ubicación que tenemos permite contemplar esas necesidades de nuestro público objetivo. A pesar de la corta edad de Hormigón Oriental, quedan pocas localidades desde Colonia a Rocha en que no haya alguno de nuestros productos instalados.

A: ¿Cuánto tardaste en diseñar tu proyecto a lo que es hoy?
RP: Bastante. Llevó mucha investigación y desarrollo, ya que tanto el producto como el mercado era nuevo para nosotros. Se trata de un sistema constructivo que combina otros ya existentes, y fueron muchas las pruebas necesarias hasta lograr la calidad que necesitábamos para salir al mercado en las condiciones que nos permitieran lograr un producto cuyo crecimiento se basara en la más potente estrategia de difusión: la recomendación.


A: ¿Cómo es y como fue conformar el grupo humano que hoy integra la empresa?
RP: Otro proceso largo y difícil, ya que ese grupo humano es el insumo fundamental de cualquier emprendimiento eficiente. Pero como tantas otras cosas, no se logra de un día para
otro, y tuvimos que aprender todos de todos. Por suerte hoy llegamos a conformar ese grupo sobre el que se basa el futuro crecimiento: lo mejor está por venir.

A: ¿Te dedicaste a algo distinto antes?
RP: Sí. Si bien mi formación académica es en el área de finanzas de empresas, mi mayor experiencia se dio en un lugar que para muchos (equivocadamente) se contrapone con esa formación: fui Gerente de Marketing, durante más de 15 años, de una de las principales instituciones financieras de plaza.


A: ¿Cuál fue el aporte para tu emprendimiento?
RP: Mucho. La experiencia siempre sirve, más allá del rubro. De todos modos, una cosa es jugar de número 9 y meter los goles, y otra cosa es tener que ir cubriendo todos los puestos,
desde el golero hacia adelante. Así que mi experiencia anterior me aportó mucho, pero más me aportaron los errores que fui cometiendo al emprender este camino.


A: ¿Te formaste para este rubro?
RP: No para este rubro en particular: me formé en la Dirección de Empresas, particularmente en la parte financiera. Todo el desarrollo técnico del proyecto ha estado en manos de profesionales de la materia.


A: ¿Por qué eliges ser independiente?
RP: Porque disfruto de los desafíos: está en mi ADN. Ni siquiera me doy cuenta, a veces, de que estoy emprendiendo algo nuevo. Lo hago todo el tiempo y forma parte de mi manera de vivir. No lo concibo de otra manera.


A: ¿Qué pros y contras ves en ser empresario?
RP: Ser empresario tiene mala prensa, a veces, pero sin embargo es una de las profesiones más dignas: ser creador permanente de fuentes de trabajo para que las familias puedan desarrollarse, y, por tanto, los países. Poder contribuir a eso es un premio más que suficiente. Y, en el mejor de los casos, si te va bien, además puedes lograr un crecimiento económico que te permita lograr el bienestar de tu familia. Pero es un camino arduo, y en ocasiones desmotivante, ya que las piedras en el camino son muchas, y a veces puestas por quienes menos te imaginas.


A: ¿Pasatiempos para salir de la rutina?
RP: Estudiar. Seguir formándome. Soy muy inquieto. Este año, por ejemplo, comencé el curso de Sommelier de la Facultad de Química. Y eso me abre otras puertas, que a su vez me llevan a otras. El cielo es el límite.


A: Muchísimas gracias por tu tiempo.
RP: Gracias a ustedes.

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