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Un músico del mundo que vive en Atlántida

Luis Pérez Aquino

Por Wilson Mesa

“Donde música hubiere
Cosa mala no existiere”.

Cervantes

Es vecino nuestro un músico excepcional, un virtuoso del piano que ha maravillado con su arte a públicos de distintos lugares del mundo. Pero tal vez mucha gente no lo conoce porque él prefiere pasar inadvertido en su vida diaria y no le seduce la estridencia de la exposición mediática.
El artista del que les quiero hablar en esta crónica se llama Luis Pérez Aquino.
Una tarde de junio fuimos con Arinda a conversar un rato con él. Encontramos un ser muy cálido, nada estructurado, ni escudado en su bien ganada fama. Una persona tan llena de historias, que no alcanzarían las páginas de esta revista para contarlas. Con una personalidad más bien tímida, pero muy comunicativo apenas entramos en confianza. Trataré de hacer un muy acotado resumen de su vida y de su arte.


EL ORIGEN
Luis nació en la ciudad de Tala, en el noreste de Canelones. Sus padres se llamaban Luis Pérez y Ema Aquino. Ellos eran comerciantes en el ramo de panadería. El matrimonio tuvo siete hijos, de los cuales Luis es el primogénito.
En la familia no había músicos. Por lo que su inclinación por tal manifestación artística surgió de manera espontánea y desde muy pequeño. Cuenta Luis que había una vecina que tenía un piano y él iba y jugaba con el instrumento. Pero lo primero que aprendió a tocar fue el acordeón, con una monja capuchina, alrededor de los 14 años. Después pasó a estudiar piano con otra profesora de Tala, Norma Lasa. Eso fue a raíz de un accidente con un caballo que se le cayó encima -y debido al peso del acordeón-, la profesora Lasa lo puso temporalmente al piano y ya nunca más lo abandonó.
«Fue ya bastante tarde que comencé a coquetear con el piano. Eso fue alrededor de los 17 años. Pero siempre fui muy curioso en relación a todas las manifestaciones artísticas y no sólo la música».
Luis afirma que…»Tala es un pueblo de músicos y artistas. Recuerdo a Juan Pablo Drocco, un compositor musical que fue una influencia muy positiva para mí; también son de Tala, Ciro Pérez, uno de los guitarristas de Zitarrosa; Edison Bordón, famoso bandoneonista; María José Siri, cantante lírica de exitosa carrera internacional y queridísima amiga. Y hubo muchos otros que no llegaron, tal vez, a ser profesionales, pero que eran muy buenos músicos».

DIFICULTADES A VENCER
La primera dificultad que tuvo que vencer fue la oposición del círculo familiar a que siguiera una carrera como pianista. Luego su madre lo apoyó por la intervención positiva del Padre Santiago Borrarás y otros amigos de la familia. Como resultancia de tales apoyos le compraron un piano y le permitieron ir a estudiar a Montevideo.
«Al final -dice Luis- no tuvieron más remedio, porque yo tenía todo el pueblo a mi favor».
Un matrimonio de médicos amigos, el Dr. Bergara y su esposa, lo contactaron con el Maestro Santiago Baranda Reyes, reconocido pianista y compositor, con el que hizo estudios más rigurosos y sistemáticos. Los que continuó después con la excelsa pianista Raquel Boldorini. Cuenta Luis que se iba todos los días en ómnibus a las cinco de la mañana y volvía de tarde.
«Otras dificultades que tuve fueron las típicas de una persona del interior que quiere comenzar, bastante grande ya, con una carrera artística a nivel profesional. Tenía que competir en un medio queera totalmente desconocido para mí. Entonces me tuve que guiar por lo que me decían mis maestros y después empecé a participar en concursos importantes y una cosa fue llevando a la otra. Empezaron a surgir los primeros viajes y becas; de a poco fui entrando al circuito profesional. Pero nunca busqué conscientemente algo, más bien que las cosas se fueron dando y las he dejado venir solas…»

Con la directora Ligia Amadio – octubre 2020

ANDANDO POR EL MUNDO
Es sabido que los grandes concertistas de música son bastante nómades. Su carrera los lleva a conocer distintos lugares del mundo y a vivir un tiempo en ellos también; ya sea por usufructuar becas; brindar conciertos; perfeccionarse con grandes maestros; o participar como docente en cursos, talleres, jurado de concursos, etc. Luis Pérez Aquino no ha sido la excepción.
Ha vivido tres años en Polonia; varios años en Roma (Italia); dentro de Brasil vivió en San Pablo, en Río de Janeiro y en Brasilia.
Pero en los últimos tiempos, su actuación como gestor del Conservatorio Departamental de Música y su cargo de Director Artístico de la Comuna Canaria, hace que no pueda ausentarse por largos períodos del país. Y si bien sigue dando conciertos, sale y vuelve, y su base siempre es en Atlántida.
Ha tocado en casi todos los teatros latinoamericanos y muchos europeos, tanto como solista o acompañado de orquestas de cámara.
Luis ha tenido la necesidad de comunicarse en inglés, italiano y portugués, en los diferentes países donde ha vivido y ahora son idiomas que domina muy bien, junto con el español, claro.


LA RELACIÓN CON ATLÁNTIDA
«A Atlántida llegué cuando me vine de Europa. Hacía seis años que estaba viviendo en Roma y decidí venirme. Primero a Montevideo, pero no me gustó, no me sentí cómodo y decidí buscar por la costa y terminé en Atlántida; esto fue en el año 2005. Aquí tengo la base y me muevo cuando tengo que moverme, Está todo cerca, Montevideo, el aeropuerto, etc.»

Para aquellos que no lo saben les cuento que Luis Pérez Aquino ha dado –por ahora- un único concierto aquí, en su lugar de residencia. Fue en la Iglesia “Cristo Obrero”, el día 30 de octubre del año 2011, con motivo de los festejos del Centenario de Atlántida. El ideólogo de esa presentación fue el Dr. Néstor Recoba, quien por ser talense también, ya conocía la trayectoria del músico y tenía la confianza suficiente para invitarlo a que actuara ante un público local. Él aceptó de inmediato. Ese fue la ocasión en que conocimos a Luis.
Al comienzo nos pareció un tanto exigente en sus condiciones para realizar el concierto, pero luego comprendimos que era algo totalmente lógico para un artista de su jerarquía que además quería ofrecer lo mejor de su arte a los asistentes. Por ejemplo: hubo que traer el piano con el cual tocó y que pertenecía al M.E.C.; era un Steinway de mucho valor. Imaginen el cuidado que había que tener para trasladar un instrumento de ese tipo desde Montevideo hasta la Iglesia “Cristo Obrero”.

También hubo que contratar un afinador para ponerlo a punto una vez que estuvo dentro de la Iglesia. Finalmente había que contemplar un protocolo especial antes y durante el concierto para darle al pianista el clima de concentración que necesitaba. Pidió que fueran solamente adultos los espectadores y que se cerraran las puertas antes de comenzar la actuación, para que no hubiera sonidos distractores en la sala.
Cuando después de un tremendo concierto como el que brindó esa tarde, ante una sala abarrotada de público, lo invitamos a un pequeño brindis en un salón de la municipalidad, él aceptó concurrir, pero nos pidió un ratito para ir hasta la casa a darle la comida a sus perros. Cuando volvió ya cambiado y distendido de los avatares del concierto, fue una reunión muy agradable. Cosas de un artista en su aspecto más cercano y doméstico digamos.
Esa fue la única vez que este gran pianista tocó para el público local y nada menos que en un lugar que es Patrimonio de la Humanidad.

¿EL PIANISTA NACE O SE HACE?
Al preguntársele eso, Luis responde lo siguiente:
«Pienso que ambas cosas. Debe traer al nacer condiciones naturales físicas y emocionales. Sobre todo, físicas; por ejemplo, un buen peso en el brazo, unas buenas manos, muy buena capacidad auditiva. (En este punto aclara que no es imprescindible tener el llamado “oído absoluto”, aunque él sí lo tiene). Todo se practica y se aprende. Las manos chicas se agrandan, y hubo enormes pianistas de manos minúsculas, como Alicia Larrocha (española, famosísima). Otras condiciones necesarias son: la perseverancia, la disciplina, la concentración. Esto del piano tiene que convertirse en tu religión».
Pienso que ambas cosas. Debe traer al nacer condiciones naturales físicas y emocionales. Sobre todo, físicas; por ejemplo, un buen peso en el brazo, unas buenas manos, muy buena capacidad auditiva. (En este punto aclara que no es imprescindible tener el llamado “oído absoluto”, aunque él sí lo tiene). Todo se practica y se aprende. Las manos chicas se agrandan, y hubo enormes pianistas de manos minúsculas, como Alicia Larrocha (española, famosísima). Otras condiciones necesarias son: la perseverancia, la disciplina, la concentración.

En el Sodre – año 2019.

LA VIDA COTIDIANA
Luis se confiesa “muy bichero”, tanto, que le habría gustado ser veterinario si no se hubiera decidido por el piano. Ha tenido toda clase de mascotas desde la niñez, caballos, loros, pájaros y -sobre todo- siempre ha tenido perros. «Perros tuve toda mi vida. Y me gustan los perros bravos» -dice.
Ahora tiene en su casa un doberman, un cimarrón y una perrita muy mimosa que siempre está adentro.


Los tres son su compañía diaria y su cable a tierra. Tiene adoración por ellos y los cuida como cuida su jardín –muy bonito- y como cuida a sus amigos para quienes siempre tiene disposición y tiempo. Se declara muy buen cocinero, además. Hace meditación a diario y busca el autoconocimiento para estar en paz consigo mismo.
«Mi mejor psicoanalista siempre ha sido el piano» cuenta, Luis. Digamos de paso, que tiene tres pianos en su estudio, en los cuales toca para ejercitarse y da algunas clases también.


LA POSDATA
Ya cuando estamos finalizando la amena conversación, Luis saca de la manga otra “aventura” de su vida artística; porque nos cuenta que le fascina el teatro y que ha acompañado como pianista, en varios escenarios, a la actriz Elena Suasti en “Enoch Arden”, una obra para piano y recitante. Y a su amiga, Nidia Telles, en la obra “Un amor en Mallorca”, sobre la vida de Chopin.
Luis Pérez Aquino, un gran artista que se ha hecho a sí mismo palmo a palmo y que ha elegido Atlántida para vivir. Se lo hemos presentado, quedándonos en el tintero algunas facetas suyas que tal vez puedan ser tema de otras crónicas.

Fuentes de Información:
Conversación en su casa y comunicaciones telefónicas con Luis Pérez Aquino.
Imágenes – Selección y adaptación de fotografías extraídas de Facebook e Instagram, realizada por Arinda González Bo.
Acápite – Frase del Quijote de la Mancha, en una cerámica que está en la entrada del domicilio del pianista.

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