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Cuatro décadas de excelente gestión

Alicia Pérez deja el Centro

Quien fuera durante muchos años gerente de nuestra institución se retiró de la actividad laboral en setiembre. Nos dejó un CCIFA sólido, en pleno crecimiento y -en una distendida charla- sus recuerdos, sensaciones y buenos augurios.

Pensar en el Centro Comercial, Industrial y de Fomento de Atlántida sin asociarlo a Alicia Pérez Alvariza no es nada sencillo. Y es lógico si tenemos en cuenta que quien fuera la Gerente del CCIFA hasta el mes de agosto pasado inclusive, ofreció casi cuarenta y tres años de esfuerzo a nuestra institución pasando por absolutamente todas las funciones posibles. Es más, su vínculo con el Centro es aún anterior y tiene raíces familiares. Su Padre, Alvaro Pérez Yanes, fue socio fundador e integrante de la primera directiva presidida por Ricardo Cabrera. Alvaro era jefe de OSE y desarrollaba un negocio muy conocido en la zona junto a un grupo de amigos, actividades que requerían mucho de su tiempo, pese a lo cual siempre se las ingenió para poder integrar numerosas instituciones sociales de la zona.

Alicia recuerda con cariño los “primeros trabajos” que hizo para el CCIFA cuando era casi una niña. “El centro había creado una guía turística y yo acompañé a mi padre en la recorrida que hizo para entregar el material en todos los comercios. No tendría más de 13 o 14 años”, nos contó. A partir de allí siempre estuvo cerca, y en sus tiempos de estudiante aprovechaba las vacaciones para realizar trámites en Pando “en la época en la que acá casi no había oficinas públicas”.

Pero su relación laboral formal se inició en el mes de marzo de 1981, cuando Celia Fonsalía era la encargada de la oficina que funcionaba en un pequeño espacio en Calle 1 y 22. “He desempeñado todas las tareas acá. Empecé como auxiliar, fui cobradora, tramitadora y encargada de oficina durante muchos años, hasta que me propusieron que tomara la gerencia. En todo ese trayecto fui autodidacta, hice muchos cursos y capacitaciones pero mi formación técnica en realidad es Operadora en Psicología Social. Fue esa formación la que me dio muchas herramientas para armar equipos y trabajar en grupo”, aseguró.

También fue esa formación la que le permitió trabajar en armonía con todas las comisiones directivas que han pasado por el centro. “Ese fue un gran desafío: cambiar cada dos años de cabeza, porque cada persona tiene su propia impronta. Allí me ayudó muchísimo la adaptación activa a la realidad que es algo que se trabaja en la Psicología Social y me permitió adaptarme a diferentes personas, criterios, visiones, siempre pensando en el bien de la institución”, agregó.

Las claves del éxito
No hay razón para ocultar que el Centro Comercial, Industrial y de Fomento de Atlántida ha ganado un lugar de referencia a nivel departamental y nacional. Su perfil gremial constructivo así como su excelente nivel en el asesoramiento de empresas de toda la Costa de Oro, son permanentemente reconocidos. Alicia Pérez explica que ese es el resultado de mucho trabajo e innovación permanente. “Nosotros sabíamos que había que brindar cosas nuevas todo el tiempo, el desafío fue y sigue siendo la mejora continua, tratar de ir siempre un poquito más arriba haciendo foco en el socio y en la comunidad. Creo que el secreto radica ahí. Para ello es necesario un buen equipo y acá hay un gran grupo de personas desde hace muchísimos años, un equipo que está firme, que tiene la camiseta bien puesta”, enfatizó.

Ingresar en el CCIFA es comprobar al instante que existe un mecanismo que funciona a la perfección en materia de atención al público. Cada visitante es recibido con la mayor cordialidad y sus solicitudes son atendidas de manera rápida y eficiente. Al respecto, Alicia explicó: “Buscamos permanentemente la excelencia total en la atención. Eso es algo que trabajamos con insistencia en cada reunión. Nosotros nos evaluamos como grupo y en forma individual, que es una oportunidad para decirnos las cosas que están pasando. Además tenemos muy claro el concepto de que no tenemos clientes sino socios, que son los verdaderos dueños de todo esto”.

En las malas y en las buenas
La vida comercial, así como la personal, está hecha de momentos favorables y de los otros. Son estos últimos -coinciden los que saben- los que producen los cambios verdaderamente trascendentes. En estas cuatro décadas de funciones en el centro comercial, Alicia ha visto varias épocas complejas. Mencionó la situación del año 81, la reforma tributaria del 2007, pero se detuvo especialmente en mencionar la crisis del 2002, porque asegura que “fue la que más marcó a esta generación”.

Al respecto recuerda que “esa crisis nos golpeó por todos lados, desde la situación económica de nuestros socios hasta nosotros como centro y como equipo. Tuvimos que resolver muchos temas pero salimos fortalecidos de aquel proceso. Nos vimos obligados a tomar decisiones. Por ejemplo, definir si se debía reducir el personal o las horas de trabajo de cada trabajador del centro. Optamos entre todos por la segunda alternativa, lo que representaba un menor ingreso económico para cada uno. En cuanto a los socios, el centro en ese momento se transformó en el lugar de encuentro de todos los damnificados que fueron muchísimos, se hacían acá todas las reuniones, donde en cada momento intentamos contener la angustia que generaba la incertidumbre”.

Pero afortunadamente, fueron muchos los buenos tiempos en los que se pudo trabajar en armonía y generar actividades que beneficiaron a la comunidad toda. “A mí me encantaba la época en la que se hacían fiestas entre los comerciantes, pero con los comerciantes trabajando, haciendo la comida ellos mismos, vendiendo las entradas, soñando, convocando. Épocas de desafíos continuos. Los medios de comunicación a nivel nacional se acercaban para cubrir las actividades que surgían acá porque se hacían muchas cosas importantes y relevantes. Uno de los momentos más lindos fue cuando me tocó en el año 99 hacer la recopilación de todas las fotos de la Atlántida antigua, que fue una tarea que realicé casa por casa con todos los vecinos viejos: Juan Torres, Vicente Díaz, Amelia, el Gallego Sánchez, entre otros. Ese año hicimos un trabajo precioso con una presentación en Galas del Puente de la que participaron los comerciantes nuevos con los de toda la vida”, recordó con emoción.

Un muy buen presente
Luego de ese viaje al pasado, Alicia Pérez se instaló de nuevo en el hoy. Suspiró, como recordando que en pocos días más iba a dejar ese lugar que tanto amó y afirmó: “Yo me estoy yendo con la sensación de la tarea cumplida, de verdad. La decisión la tomé hace ocho años y me costó, pero ya estaba definido por una serie de circunstancias. Me voy dejando un equipo fortalecido, un centro comercial saneado, con proyectos de mejoras. Esos proyectos van a insumir mucho trabajo, posiblemente van a generar nuevas fuentes de empleo y representan una gran oportunidad para seguir creciendo”.

En la Actualidad, la institución cuenta con 400 socios activos, el mejor registro en su historia. Además, se encuentra en pleno desarrollo la obra de construcción de una nueva planta en la sede social en la que se habilitarán oficinas privadas, espacios de cowork y un aula para cursos y talleres. “Yo creo que el nuevo local va a ser algo bien interesante para el centro. La idea es que las nuevas generaciones se apoderen de ese espacio. Que sea un lugar de referencia para nuevos abogados, contadores, escribanos, o lo que fuere. Un espacio para realizarse y para compartir experiencias, más aún hoy que está toda esta modalidad de no tener un espacio propio sino compartirlo con otros para crecer, para trabajar juntos”, dijo.

Todo el camino recorrido y la experiencia acumulada, la han ayudado a aceptar que siempre queda algo en el tintero. “En realidad me hubiese gustado que la obra quedara terminada y con todo su proceso de funcionamiento. No pudo darse, por pocos meses”, se lamentó. También reconoció que hubiera deseado que el proyecto denominado “Centro Comercial a Cielo Abierto” estuviera funcionando a pleno. Se trata de un plan que busca consolidar a los comercios de la zona en conjunto como un gran paseo de compras con distintas atracciones y todos los servicios. “Me quedó el sueño de que ese proyecto quedara funcionando, pero se está trabajando y está en proceso. Creo que hay un grupo de directivos que toman a la institución con mucho cariño, con mucho respeto y muchas ideas. Se están lanzando proyectos muy buenos, ideas que van logrando la unión de los comerciantes y me parece que eso es algo sumamente positivo”, opinó.

También destacó el posicionamiento gremial que la institución ha logrado, participando activamente de agrupaciones departamentales y nacionales, siendo una de las últimas acciones la creación de la Cámara Empresarial Canaria que comparte con los Centros Comerciales formales más importantes de Canelones. Acciones estratégicas orientadas principalmente a representar y generar oportunidades de desarrollo para las empresas de toda la Costa de Oro, especialmente las pequeñas, a las que considera el motor del país. “La empresa familiar, que da trabajo a mucha gente, que sostiene trabajos, que moviliza a la zona, dinamiza, resulta fundamental”, dijo. “Por eso entiendo que es esencial el trabajo del CCIFA con esta figura de gremial de pequeños empresarios. Me parece que tiene mucho para luchar, mucha cosa para hacer por este tipo de empresas que son el dinamizador de cualquier comunidad. Yo invito a todos a cerrar los ojos e imaginarse una ciudad sin comercios. Sería una ciudad oscura, sin vida. Sin dudas las PYMES son fundamentales”.

La Charla derivó en muchos otros temas: la importancia de esta “Revista Centro” que a lo largo de 15 años ha sido un contacto directo con los socios y la comunidad, el crecimiento demográfico de Atlántida y los balnearios vecinos que poco a poco dejan de ser “localidades dormitorio”, la preocupación por ciertas prácticas comerciales que se vienen dando en la zona poniendo en peligro a los pequeños autoservicios, la necesidad de insistir en la capacitación permanente de los comerciantes, en fin. Temas que la tuvieron siempre pendiente y ocupada hasta estos días en los que se acogió a una merecida jubilación.

El encuentro desarrollado en su oficina en una fría mañana de agosto llegó a su fin, pero quedaba todavía una pregunta, probablemente la más importante de todas:

  • ¿Vas a permanecer cerca?
  • “Primero, dejame agradecer muy especialmente a todos y cada uno de los integrantes de este equipo de trabajo que es lo que más voy a extrañar, a los socios y, por supuesto, a los integrantes de esta comisión directiva a quienes les auguro un muy buen futuro. Respondiendo a tu pregunta: Si, voy a estar muy cerca, para lo que se necesite, siempre”.

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