Dark Mode On / Off

Balmelli Martínez – Estudio Jurídico

Por Andrés De Mello

Y LA RAZÓN-GUÍA, ES LA MADRE DE LA RESPONSABLE DEL ESTUDIO JURÍDICO BALMELLI MARTÍNEZ, LA SRA. FLORENCIA MARTÍNEZ, A LA CUAL AGRADECEMOS POR SU AMABILIDAD AL ACEPTAR LA PRESENTE ENTREVISTA; ADELANTE CON LA MISMA.

“El cliente necesita apoyo y acompañamiento, no sólo en lo legal.” “Se puede tener como compañera la fantasía, pero se debe tener como guía a la razón.”

Samuel Johnson

A: ¿Cómo eliges la profesión de abogada?
FM: En principio no tenía muy claro qué era lo que quería hacer con mi vida adulta. Así es que pase por varios rubros y etapas probando distintas cosas antes de decidirme por la abogacía.
Por suerte conté con el apoyo de mi familia en cualquier cosa de las que decidía hacer. Todo
empezó a la hora de elegir la orientación en secundaria, no me convencía ninguna opción de las que ofrecía el liceo, porque humanístico eran muchas letras y me iba mejor con los números, pero científico no me llamaba tanto la atención, es ahí que opto por anotarme en el bachillerato de administración de la UTU, donde además sabía que tenía buena salida laboral. Durante esos tres años daba clases de inglés en un colegio y además hice dos cursos privados de maquillaje. Cuando egresé me anoté en la licenciatura en relaciones laborales, porque dentro de la rama del Derecho era esa la que más me gustó siempre, al igual que a mi madre. Hice un año de eso pero no quedé muy convencida, ya que al egresar no era una opción muy viable trabajar de forma independiente que es lo que más me gustaba.
Posteriormente a eso, me anoté a un llamado a BPS y quedé trabajando en Pando, al principio como era verano trabajaba de noche en la feria de al lado de Mc. Donald´s y luego en el año lectivo seguí con algunas materias de relaciones laborales y en la noche volví a la UTU, esta vez a maquillaje. Duré un año en el trabajo de BPS, cuando se me presenta la posibilidad de dejar de ser pasante para ser contratada me di cuenta que eso no era lo que quería para mí, la rutina me tenía agotada, si bien es un ingreso seguro, un trabajo lindo, no era lo mío. Es recién ahí con 21 años que decido estudiar abogacía, algo que me permitiría dedicarme a la rama de derecho laboral que es lo que me gustaba y hacerlo de forma independiente. ¡Mamá feliz!


A: ¿Dónde estudiaste?
FM: Como te comentaba, hice bachillerato en la UTU y me pasó que cuando me quise anotar para la carrera de abogacía en la UDELAR me dijeron que no podía ingresar, que tenía que dar exámenes del liceo que me faltaban, pero no sabían cuáles eran. En el liceo pregunté, tampoco sabían y en la UTU menos, ya que cuando me anoté me habían dicho que podía ingresar a la facultad de Derecho en todas sus carreras. Para ese entonces donde nadie podía darme una respuesta certera era febrero, tenía dos opciones, perdía un año intentando averiguar y rendir esos exámenes que no tenía idea cuales eran o iba a una universidad privada. La que me admitía con mi perfil de egresada en UTU era la Universidad de Montevideo con una prueba de ingreso, el tema es que el costo era muy elevado, pedí beca y me la concedieron. Así fue que comenzó mi camino en la abogacía.

A: ¿Cómo fue la época de estudiante?
FM: Difícil, primero que nada el tema de viajar a Montevideo todos los días era bastante cansador. En segundo lugar estaba ingresando a una Universidad privada donde los grupos son bastante chicos y cerrados, mis compañeros se conocían del liceo o compartían otras cosas en común que yo y algunos pocos desconocíamos. Además de eso yo ya era «grande» ellos tenían 18, recién salidos del liceo. A todo eso, que yo no me sentía tan cómoda, súmale que tenía que mantener un promedio de 8 para no perder la beca. Mentalmente agotador.


A: ¿Sólo estudiabas o también trabajabas?
FM: Bueno, no tenía un horario de trabajo que cumplir ni tareas fijas. A veces, cuando mi madre necesitaba la ayudaba en el estudio o hacia algunos trámites en juzgados y eso.
Además también vivía con mi bisabuela, que ya estaba grande, tenía 91 cuando empecé la carrera. Si bien había gente que la cuidaba durante el día, a la noche quedaba a mi cargo, y ya más sobre el final de la carrera, un tiempo antes de fallecer se puso un poco rebelde, no quería acostarse a dormir, intentaba escaparse y esas pillerías que me dejaban sin dormir mucho y me cansaban más que un trabajo de 8 horas.


A: ¿Cuáles son las diferencias que notaste entre la carrera y lo que te hizo elegirla?
FM: Diferencias muchas, es muy difícil imaginar todos esos libros leídos aplicados a la vida real. Como te comentaba, lo que me gustaba era el derecho laboral principalmente y poder ejercerlo de forma independiente. En el transcurso conocí otras materias que también me fueron gustando y que actualmente ejerzo.


A: ¿Cómo te sentiste al recibirte?
FM: Liberada. Tener que dejar de viajar fue lo mejor (risas). En verdad, cuando di mi último examen y lo salvé lo primero que pensé fue eso. No caí mucho en que me había recibido y
que implicaba eso. De todas maneras, después de un año extrañé un poco el ser estudiante y me anoté en el CERP para hacer profesorado de derecho, pero no pude seguir mucho más,
hice algunas materias de primero y segundo. Tuve que dejar porque no me daban los tiempos, ni la mente.


A: ¿Cómo fueron tus primeros años de abogada?
FM: Fue un poco abrupto el comienzo, unos meses después que juré que eso es lo que me habilitaba al ejercicio de la profesión, mi madre (que es mi guía ya que lo que te enseñan en la universidad no tiene nada que ver con el ejercicio) tuvo un ACV quedando un tiempo internada y luego fuera del ejercicio por un lapso que para mí fue una eternidad. No
solo por el temor y la angustia de lo que pudiera pasar con ella, sino que además tenía que hacerme cargo del estudio, con casos y clientes que yo aún no conocía y sin poder consultar
con mamá para no generarle más estrés.


A: ¿Cuáles fueron tus primeros retos?
FM: Bueno, ese comienzo fue el mayor reto de todos. Luego está el día a día habitual, el trato con los clientes ya que nadie viene a un abogado porque este en un buen momento, sino
que tienen algún problema. Con todo lo que ello implica, incluida la carga emocional. Donde además también es difícil entender que en el derecho nada es blanco o negro, todo tiene
distintas interpretaciones y que el resultado de un proceso no depende solo de mí, sino de varios factores.

A: ¿Hay diferencias entre la práctica diaria y la parte teórica?
FM: Mucha, considero que la universidad, aunque tengas practicas no te prepara para la vida laboral. Es como una nueva carrera de aprendizaje que nunca termina.


A: ¿Cómo es llevar adelante el legado de tu madre, que es una referente?
FM: Difícil, mamá siempre fue un referente como vos decís acá en la zona, y tratar de estar a la altura de las circunstancias es difícil. Si bien la forma de trabajo y los valores los aprendí
de ella siempre queda esa duda de si lo estoy haciendo bien o no.


A: ¿Es una profesión que obliga a actualizarse constantemente?
FM: Siempre, a diario. Cada vez que surge una consulta, tengo que chequear que no exista alguna norma que haya cambiado lo que sabía hasta ese momento. Al igual que cuando se
aprueba alguna ley, trato de interiorizarme en los cambios que genera a la normativa vigente hasta el momento.


A: ¿Cómo es trabajar en familia en este rubro?
FM: Lindo, la verdad que el ambiente de la abogacía podrás imaginar que no es fácil, siempre estamos enfrentándonos a conflictos, entonces tener un respaldo y que sea por parte de un familiar es lo mejor.


A: ¿Cosas a favor y en contra?
FM: Bueno, como favorable el apoyo que mencionaba, y la confianza. Si algún día una está mal y eso genera alguna discusión sabe que el día de mañana cuando estemos más tranquilas todo va a estar bien. Contra, que es difícil separar el trabajo de la familia. Los fines de semana no queremos ni vernos, porque eso implica que siempre algo de trabajo
surge y además estamos juntas de lunes a viernes. Antes pasaba también con mamá, ahora que está jubilada solo me pasa con Fiorella.


A: ¿Recuerdas tu primer caso?
FM: Bueno, más o menos. Tengo en mente uno que fue una adopción que mamá estaba haciendo hacía años y justo la última audiencia yo ya había jurado, entonces la acompañé. ¡Ay, la felicidad de esa señora! Esa es la parte más linda de la profesión. La verdad no me acuerdo si fue o no la primera, pero es la que me quedó en el recuerdo. Como yo ya venía haciendo cosas desde antes me cuesta recordar cuál fue el primero que inicie como abogada.


A: ¿Además de Derecho Laboral en qué otras áreas estás trabajando hoy?
FM: Ahora con la inmobiliaria estoy con temas de contratos de arrendamiento, desalojos y demás cosas que tengan que ver con inmuebles. Otra cosa que últimamente estoy haciendo
bastante es violencia de género y temas de denuncias de abuso, esto en realidad fue porque llegaron a mí un par de personas buscando ayuda que no encontraron en otro lado, no por
el lado profesional sino más humano. Esta profesión a veces nos lleva a abstraernos de las situaciones y el cliente que está viviendo un momento así necesita apoyo y acompañamiento, no solo en el ámbito legal.


A: ¿Por qué eliges Atlántida para instalar tu estudio?
FM: Soy de acá, siempre viví en la zona y la verdad no puedo imaginarme trabajando en otro lado. Además de eso Atlántida está en crecimiento constante, cada vez más gente y también más juzgados que es donde trabajo. En lo que refiere a la inmobiliaria incluso, nuestra idea es dar a conocer la zona como un lugar para vivir todo el año. Antes uno pensaba en Atlántida y se le venía a la mente el verano, actualmente contamos con un montón de facilidades, servicios y locomoción que lo hacen un lugar hermoso para vivir, trabajar, estudiar acá mismo o en Montevideo. Es por esto que apuntamos más al tema de ventas y alquiler anual y ya no tanto a temporada.


A: ¿Cuándo y cómo anexas la inmobiliaria?
FM: Fue en julio de 2019. Lo hicimos como una posibilidad de expansión y crecimiento, teniendo a favor el conocimiento de la zona y también el lado legal, teniendo que estudiar más a fondo algunos temas.


A: ¿Por qué eliges ese rubro como anexo al estudio?
FM: La verdad está bastante relacionado con la abogacía, desde el lado de los clientes surgen muchas dudas que como abogada puedo evacuar, cosa que tal vez no podría si solo hiciera la parte inmobiliaria. Si bien es mi hermana quien está en el día a día, atención al público y demás, sabe que cuenta conmigo para lo que sea que surja, principalmente redacción
de contratos, consultas y también el tema de control de gastos e ingresos de alquileres ya que el bachillerato en administración también me dio ese conocimiento. Ella estudió secretariado ejecutivo en el Crandon, es mucho más organizada y prolija que yo, nos complementamos, ella me ayuda como secretaria en el estudio y yo la ayudo como abogada y auxiliar contable en la inmobiliaria.


A: ¿Pasatiempos para salir de la rutina?
FM: Actualmente no tengo más que intentar sobrevivir a las exigencias del trabajo y ser madre de una niña de un año, con todo lo que ello implica. Aún estoy adaptándome a esta
nueva etapa y conjugar ambas cosas, afortunadamente tengo todo el apoyo de mi familia para poder lograrlo. No tengo mucho tiempo libre, pero antes cuando tenía lo usaba para leer, y si era en la playa mejor, ahora tengo que tener cuidado que la bebe no
me arranque páginas y si vamos a la playa estar con 4 ojos para que no se
me escape, así que imposible.

A: Muchísimas gracias por tu tiempo.
FM: Muchas gracias por esta oportunidad y por tenernos en cuenta, siempre leo las entrevistas de la revista y me encanta lo que hacen. Estamos notando un gran cambio en la zona y todo eso gracias a ustedes, y los comercios que están dando una nueva vida al Balneario.

Artículos Recomendados

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

[instagram-feed]
Abrir chat
Hola
¿En qué podemos ayudarte?