Nuestras playas son el deleite de grandes y chicos, de aguas mansas y bravas, llanas y de agitado oleaje, que invitan al
visitante a pasar el día junto al mar, sus doradas arenas, y sus pinos que dan la sombra justa para un picnic y posterior
siesta relajante… ¡sin igual! La playa se disfruta de día, de tarde el atardecer, emblema de Atlántida por su espectacularidad, es ovacionado y aplaudido siempre por todos los presentes, y al caer la noche la clásica caminata bajo la luz de la luna, ideal para románticos enamorados, sin olvidar la pintoresca pesca a la encandilada cuyos faroles dan una luz mágica a la oscuridad del mar.
Playas de arena blanca
